En los 80 la televisión estadounidense contaba con una gama de series televisivas muy particular en cuanto al género sitcom. Entre el show de Bill Cosby y otros programas figuraban The Golden Girls, las aventuras de un cuarteto de mujeres de la tercera edad quienes tenían que lidiar con todo tipo de dilemas cotidianos, incluido el romance. En un episodio en el ocurría una boda, aparecía un grupo de imitadores de Elvis Presley entre los que se encontraba un desconocido que eventualmente se convertiría en uno de los realizadores más importantes del cine estadounidense de los 90: Quentin Tarantino.
Existe un dejo de ironía en que la primera aparición de Tarantino en pantalla fuera de imitador del famoso cantante, quien a su vez fue, a ojos de muchos, un imitador de otros artistas negros que nunca tuvieron la misma proyección que Elvis por cuestiones raciales. La fama del cantante otorgada por el Rock and Roll, el hijo del blues afroamericano, se desarrolla de manera similar a lo hecho por Tarantino, quien tomó un puñado de géneros y estilos encumbrados por otros directores (Western, cine de criminales de Oriente) y los mezcló a su manera. Una imitación sincera es, dicen algunos, la base de la creación artística. Tarantino ha basado su carrera en realizar estos ejercicios de imitación y logró marcar los 90 con un cine lleno de criminales y humor negro que produjo numerosos imitadores, varios que a la fecha aún intentan reproducir su estilo.
Los personajes de caricatura, el diálogo rimbombante y la violencia desenfadada son parte del sello de la casa de un director que parece tener muchas películas que reproducir, pero poco o nada valioso que transmitir al público. En estos momentos Tarantino se encuentra ocupado con una cinta de Star Trek y vive las mieles de la buena recepción de Había una vez en... Hollywood - 
94%, esta última una crónica del Hollywood de 1969. Pese a sus altas y bajas y a las críticas que ha recibido por sus fusil... digo, por sus homenajes, Tarantino ha sabido mantenerse vigente. A juicio de la crítica, éstas son sus mejores películas en orden de importancia.
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Había una vez en... Hollywood - 94%
Con este homenaje al cine de la década de 1960, Quentin Tarantino presenta a Leonardo DiCaprio como actor de serie de televisión con una carrera inestable, y Brad Pitt en el papel de su doble habitual. Una película casi tierna, y menos violenta de lo que Tarantino nos había acostumbrado.
Jordi Acosta en El País:
En Érase una vez… en Hollywood, Quentin Tarantino parte de esa tradición para llevarle saludablemente la contraria y, con ello, ha logrado una película compleja y extraordinaria que ondea las banderas de la utopía y el deseo desde el territorio de nobleza y precariedad de los que han sido tempranamente expulsados del sueño.
La ganadora de la Palma de Oro en Cannes 1994 definió la década de los 90 y creó una legión de imitadores que buscaban hacer sus propias comedias negras de criminales. Tarantino jugó con la narrativa y los tiempos, algo que no era común en aquellos días y así logro hacer que su cinta se sintiera fresca a pesar de estar saturada de principio a fin de referencias a otras cintas, algunas un tanto oscuras y otras no tanto. Hoy la relevancia de la cinta quizá se haya perdido un poco, pero no cabe duda de que en su momento era difícil ignorarla.
Jay Boyar, Orlando Sentinel:
En términos de estado de ánimo y estilo, podría ser la película más influyente en presentarse desde Blue Velvet.
Este remake no oficial del thriller policiaco de Hong Kong City on Fire - 91% fue la cinta con la que Tarantino irrumpió en la escena internacional. El director, quien interpreta a uno de los ladrones de joyas de la cinta, tomó la premisa de la cinta del director Ringo Lam (ladrones que organizan un asalto a una joyería, entre ellos un policía infiltrado) y le dio su toque. Es aquí donde, por los diálogos sobre cultura pop, la fama del director y guionista empezó a tomar fuerza.
Owen Gleiberman, Entertainment Weekly:
Tarantino, en "Perros de Reserva", ha hecho una comedia nihilista sobre cómo la naturaleza humana siempre destruye los mejores planes trazados .
Tarantino se inspira en una cinta de explotación italiana, The Inglorious Bastards - 100%, así como en otras cintas de guerra de "hombres en una misión suicida" para hacer esta mezcla de la Segunda Guerra Mundial con un final alternativo; cuenta además con música de fondo de David Bowie y otros. El reparto incluye a varios pesos pesados de la actuación y, sobre todo, dio a conocer al resto del mundo los talentos de Christoph Waltz.
Roger Ebert, Chicago Sun-Times:
"Bastardos Sin Gloria" de Quentin Tarantino es una película de guerra grande, atrevida y audaz que podrá irritar a algunos, asustar a otros y demostrar nuevamente que él es la gran cosa, un director de delicias quijotescas.
Una vez más, Tarantino se inspira en el cine popular italiano del pasado para contar una historia inspirada en un antihéroe del Western. A diferencia de la cinta original de Sergio Corbucci, con la que comparte sólo el nombre del protagonista, este nuevo Django es un esclavo negro que busca venganza contra los que lo han esclavizado. Una premisa con filo que, sin embargo, opta más por la acción estridente y los largos monólogos que por hacer algún tipo de declaración moral sobre el racismo.
Bill Goodykoontz, Arizona Republic:
El nombre de la película es Django Sin Cadenas, pero para fines prácticos igual podría ser llamada "Tarantino Desatado".
La única ocasión en que Tarantino adaptó oficialmente una novela, una escrita por Elmore Leonard , dio como resultado esta película. Personajes bien definidos y desarrollados, una trama que se mueve al compás no de balas o de diálogos sobre cultura pop, sino al de las dinámicas de los protagonistas. Tarantino hace varios guiños al cine de blaxploitation, pero lo cierto es que Jackie Brown es una película increíblemente sólida de pies a cabeza y una que merece más atención en su filmografía.
Todd McCarthy, Variety:
Ofrece una abundancia de placeres, especialmente en el ámbito de la caracterización y la atmósfera.
Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 - 85%
La fanfarria de los hermanos Shaw, el mítico estudio de Hong Kong encargado de producir cine de artes marciales durante décadas, es lo primero que suena al inicio de esta cinta. Tarantino lleva el cine de artes marciales de Oriente, combinado con el tono de los Westerns italianos de los 60, a toda una audiencia joven e impresionable que jamás ha visto películas de esas latitudes. Quizá sea la cinta más popular de Tarantino en términos contemporáneos y con la que varios conocieron su cine.
Manohla Dargis, Los Angeles Times:
Por primera vez en la carrera cinematográfica de Tarantino, la historia escrita —tanto en palabra como en desarrollo— prueba ser la parte menos interesante de la ecuación.
Kill Bill: La Venganza, Volúmen 2 - 84%
Tarantino redobla la dosis de artes marciales y Spaguetti Western en esta secuela que dividió un poco a algunos fans y críticos, pero que fue tan bien recibida como la anterior entrega. Recientemente, la cinta fue recordada por una secuencia en la que la actriz principal, Uma Thurman, sufrió un accidente al conducir un auto ante una mala supervisión del director y de los especialistas en efectos en una secuencia filmada en el norte de México.
Elvis Mitchell, The New York Times:
La deliciosa perversa semisecuela de Quentin Tarantino es la película de cómics más voluptuosa que se ha hecho.
Ni con cámaras de 70 mm ni con Ennio Morricone y un par de tracks originales de su autoría pudo Tarantino ocultar un guión endeble en este nevado y prolongado Western. A pesar de las claras y severas deficiencias en la trama, la cinta logró cautivar a algunos críticos y fans de hueso colorado del realizador. Veamos si su próximo proyecto logra rebasar lo realizado en este relato sobre gente nefasta en una competencia sobre quién puede "nefastear" más a los demás.
Alonso Díaz de la Vega, El Universal:
En cuanto a sus ideas, la cinta me parece la más pobre de todas en la filmografía de Tarantino.
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